Psicología de la víctima: la indefensión aprendida

 

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Psicología de la víctima: la indefensión aprendida

¿Qué es la indefensión aprendida?

Para entender un poco mejor el porqué de determinadas conductas llevadas a cabo por mujeres víctimas de maltrato machista, debemos tener en cuenta lo que en psicología se conoce como Síndrome de Indefensión Aprendida.

El Síndrome de Indefensión Aprendida es una alteración en la función cognitiva que genera una conducta pasiva ante acontecimientos que se perciben como incontrolables, ya que sentimos que la causa de los sucesos es totalmente externa y no podemos hacer nada para escapar de esa situación. Es decir, la sensación de pérdida de control se debe a que nos hemos encontrado en situaciones en las que a pesar de hacer esfuerzos para modificarlas o escapar de ellas, dichos esfuerzos no han servido de nada. Una vez que hemos interiorizado que no hay nada que podamos hacer, este “aprendizaje” se aplica incluso a aquellas situaciones en las que sí podemos actuar.

El fenómeno de la indefensión aprendida se manifiesta a través de tres déficits:

Motivacional, se observa un retraso en la iniciación de respuestas voluntarias.

Cognitivo, se da una dificultad en aprender que una respuesta controla una consecuencia, cuando previamente no la ha controlado.

Emocional, se producen una serie de desórdenes conductuales y fisiológicos característicos de un estado de ansiedad y miedo seguido de depresión.

Las consecuencias de la indefensión aprendida se reflejan en estados emocionales negativos que se caracterizan por niveles altos de ansiedad, depresión, frustración, falta de confianza, falta de iniciativa, desmotivación, negatividad, aislamiento social, etc.

Indefensión aprendida y violencia de género

Este síndrome es una de las múltiples razones por las cuales una mujer puede no responder a una situación de maltrato como la mayoría de nosotros pensamos que lo haría. Para la mujer maltratada es muy difícil encontrar formas óptimas de poner fin a una relación violenta, principalmente porque su función cognitiva de la atención está centrada en permanecer con vida.

El apoyo por parte de la sociedad, familia y amigos y la terapia psicológica, son los principales pilares para revertir la indefensión aprendida.

Debemos trabajar tanto en el plano cognitivo como en el emocional, analizando pensamientos disfuncionales e ideas interiorizadas erróneas y trabajando en la adquisición de habilidades y estrategias que promuevan la capacidad de control y la toma de decisiones en diferentes situaciones, mejorando así el autoconcepto y la autoestima.

En el caso de la violencia de género, es indispensable reeducar acerca de qué es amor y qué no, entendiendo el ciclo de la violencia y cómo se refuerza.

 

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Bibliografía:

Seligman, M. E. P. (1975). Helplessness: On Depression, Development, and Death. San Francisco: W. H. Freeman. ISBN 0-7167-2328-X.

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